AGUA EN MI TIERRA

Saturnino Días es un agricultor de 50 años, a su edad afirma tener más energía para trabajar que muchachos de la mitad de su edad. En 2018 cumplió 23 años de residir en la comunidad de Sinaí a escasos metros del rio Guaymon en El Negrito, Yoro.

Don Saturnino nació y creció en la aldea La Majada en el municipio Piraera, Lempira. Desde pequeño aprendió a trabajar la tierra, “Desde los 5 años aprendí a usar el machete” afirmo. La razón de migrar al municipio de El Negrito fue la superación. Saturnino comenta que no había nada para el en su pueblo, “todo avanzaba bien lento en La Majada” acentuó.

Siendo joven aun, emprendió el viaje que lo llevaría a Sinaí, “Solo con la ropita y una mochila llegue, a trabajar para otro, porque no tenía tierra” relata Saturnino. Al preguntarle por el agua inmediatamente dijo “El agua es vida, sin agua no cultivo”.

Desde siempre entendió la importancia del agua para el trabajo, pero entendió la importancia del agua para las personas en Sinaí. Al llegar a esta nueva comunidad, noto todo el trabajo que tenia que hacer para poder tener agua para bañarse o lavar la ropa, pues en Piraera tenia un pozo en el patio de su casa y en su nuevo hogar tenia que buscarla en la montaña o bajar al rio.

Luego de ahorrar todo su dinero durante algunos años, pudo comprar su propia tierra en la montaña, fue barata pues siempre fue una comunidad de difícil acceso y con pendientes muy inclinadas para cultivar. Eso no desanimo a Saturnino, pues trabajar la tierra es su especialidad. Nuestro amigo afirma que en su tierra se puede cultivar fácilmente el frijol, el maíz y pasto mombaza.

En la actualidad Sinaí a reducido su numero de habitantes producto de la migración a otros países, haciendo mas dispersa aun la comunidad. Debido a la distancia entre casas y al reducido numero de hogares era imposible pensar en sistemas de agua tradicionales para intervenir la zona. El Proyecto de modelos de intervención del sector rural disperso pudo encontrar soluciones individuales para sus habitantes, razón por la cual Saturnino Diaz expresa su gratitud.

Nuestro amigo, luego de explorar las tierras que había adquirido tuvo el hallazgo mas grande que pudo imaginar como agricultor: Agua. Saturnino había encontrado un ojo de agua entre unas rocas, y fue ahí, a unos cuantos metros del nacimiento, que decidió construir su casa.

Hasta la fecha no había podido aprovechar bien la gran bendición del agua, pues la misma no era segura. En la actualidad, con ayuda de la municipalidad de El Negrito y Water For People, Saturnino trabaja para construir a obra de captación protegida, contara con almacenamiento de agua y una conexión domiciliar directamente en su hogar.
Don Saturnino ya contaba con agua en su tierra, ahora con la gestión segura de ella y con el conocimiento adquirido durante el proyecto podrá dar mantenimiento a su mini acueducto, los hijos de sus hijos lo harán también.